miércoles, 2 de abril de 2014

Aprender en la Universidad


Parece obvio que el acceso al conocimiento depende de nuestra capacidad de aprender, pero se dice poco respecto a que dicha capacidad se adquiere gradualmente, con esfuerzo, dedicación y constancia. Paulo Carlino, en su libro Escribir, leer y aprender en la universidad nos recuerda que el acceso a una especialidad, esto es, a un campo específico del saber humano, depende de una alfabetización académica, que no es otra cosa sino una iniciación en las prácticas discursivas propias de una disciplina y éstas, dice Howard Gardner en Las cinco mentes del futuro, “son una manera característica de concebir el mundo”.

En su texto, Carlino critica la actitud de muchos docentes que monopolizan la palabra y reducen a sus estudiantes a simples receptores. Esta centralidad del maestro, este protagonismo, es algo que aún priva en muchas aulas universitarias y repercute negativamente en el aprovechamiento académico y rendimiento escolar de los alumnos; éstos, presas de las interpretaciones de los docentes, se hallan condenados a memorizar un saber que no construyeron y a repetirlo después, aun sin haberlo entendido.

Al denunciar el desencuentro entre lo que los profesores esperamos de los alumnos y lo que éstos logran en el nivel superior, Paula Carlino invita a los estudiantes a recuperar su protagonismo. Y es que al planear la clase, prepararla, diseñar las actividades de enseñanza, aprendizaje y evaluación, identificar la finalidad de la materia, conocer sus propósitos u objetivos, elaborar material didáctico, etc., el que más aprende es… el maestro. De lo que se trata hoy día es que sean los estudiantes quienes desplieguen la mayor actividad intelectual posible y con ello aprendan, a pesar de la inexperiencia, la poca pericia o el amplio conocimiento del docente.

Escribir, leer y aprender en la universidad es una exhortación a cuidar los proceso y las prácticas discursivas de los alumnos con el objeto de que participen más activamente en las sesiones y lo hagan, además, más sólidamente; al comprender mejor lo que leen y expresar mejor por escrito lo que han asimilado. Para Carlino, la lectura y la escritura son dos de las actividades intelectuales más formativas que existen; pero escribir, asegura, “es uno de los ‘métodos’ más poderosos que existen para aprender”. De ahí la necesidad y hasta la urgencia, de que ambas actividades deban considerarse en todo trayecto formativo en la Educación Superior.

Guiar a los estudiantes hacia la cultura de lo escrito implica ayudarlos a conocer mejor la disciplina que estudian y de la que ya forman parte, también coadyuva a lograr una plena identificación con ella. Desde luego, se relaciona con que los docentes trabajen a su lado para que puedan comprender, reflexionar, cuestionar, proponer, argumentar, defender, innovar y crear su propio conocimiento. No es tarea fácil. Para lograrlo es preciso que los maestros se ocupen de la lectura y escritura que realizan sus estudiantes y lo hagan, además, trascendiendo la revisión algunas veces somera y otras rigorista y fastidiosa que se queda sólo en la ortografía y la sintaxis. Es necesario aprender a advertir cómo la escritura incide sobre el pensamiento y cómo éste puede encontrar un excelente vehículo para expresarse a través de aquélla. Se trata, en palabras de Ignacio Pozo de pasar del aprendizaje de la cultura a la cultura del aprendizaje. En ésta, la lectura y la escritura (independientemente de sus formas y medios) han de ser fundamentales.

Nada pierden los docentes y sí pueden ganar mucho si promueven entre sus estudiantes la elaboración de síntesis rotativas de clase, monografías, guías de lectura, resolución de cuestionarios sobre los temas abordados, ensayos (históricos, literarios, científicos, críticos, etc.), resúmenes y ponencias para efectuar exposiciones. A final de cuentas, quien se ha situado ante la inmensidad de una hoja en blanco comprende bien que escribir implica leer dos veces… y también pensar por escrito.

 
Fuente:
Escribir, leer y aprender en la universidad. Una introducción a la alfabetización académica.
Paula Carlino.
Fondo de Cultura Económica,
México, 2013.

1 comentario:

  1. Leer... escribir... dos acciones que nos abren puertas al conocimiento y respeto... además por lo que en inglés (secundaria) se apuesta a mejorar. Gracias Maestro!

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